La importancia de los indicadores clave de rendimiento en la empresa
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Los indicadores clave de rendimiento, llamados KPI (por su traducción al inglés Key Performance Indicators) se utilizan diariamente para medir y evaluar el rendimiento de una empresa.
Los indicadores clave de rendimiento
Los KPI son herramientas de apoyo a la gestión de una empresa. Permiten medir y evaluar el rendimiento de una estructura para así gestionarlo de manera efectiva y alcanzar diversos objetivos establecidos de antemano o proponer áreas de mejora. Existen varios tipos que responden a objetivos específicos y miden diferentes parámetros.
¿Tipos de indicadores?
Los responsables deben elegir qué KPI desean utilizar para seguir su actividad. El cuadro de mando integral (CMI), también conocido como Balanced Scorecard (BSC), se utiliza a menudo para dirigir y, sobre todo, facilitar el proceso de toma de decisiones. El CMI es un método que permite medir las actividades de una empresa según varios parámetros, que se abordarán en un futuro artículo.
Generalmente, se distinguen cuatro tipos principales de indicadores clave de rendimiento que son los más utilizados:
Los indicadores de costos: permiten controlar que su proyecto no exceda el presupuesto asignado.
los indicadores de rendimiento de productividad: permiten establecer la relación entre la cantidad de servicios o productos entregados y los recursos de la empresa,
los indicadores de rendimiento estratégicos: destacan si una empresa está cerca de alcanzar sus objetivos estratégicos, en relación con los FCS (factores clave de éxito),
los indicadores de rendimiento de calidad: ilustran la percepción de calidad vista por el cliente,
los indicadores de rendimiento de capacidad: permiten calcular la cantidad de servicios o productos que pueden ser entregados con recursos determinados, en un cierto período.
Es necesario utilizar indicadores relevantes, en relación con sus estrategias y objetivos. Con demasiada frecuencia, los tomadores de decisiones se contentan con utilizar indicadores de costos y de productividad; estos últimos son importantes, pero puede ser necesario complementarlos teniendo en cuenta otros criterios. A continuación, algunos ejemplos adicionales de indicadores clave de rendimiento que pueden aplicarse fácilmente a diferentes tipos de empresas:
Los indicadores de rentabilidad: permiten conocer el porcentaje de inversión transformado en beneficio,
Los indicadores de competitividad: miden la relación entre el rendimiento de su empresa y el de la competencia,
Indicadores de rendimiento de eficacia: les permite saber si la empresa está alcanzando sus objetivos,
Indicadores de rendimiento de rentabilidad: calculan en porcentaje la relación entre el beneficio y el total de ventas.
Existen muchos otros como los de valor, rendimiento, eficiencia... Pero también otros más específicos como el time to market, el turnover, el ticket medio o la cuota de mercado.
Los indicadores clave de rendimiento son numerosos y permiten considerar todos los parámetros posibles de una empresa. Son reveladores de la salud de su actividad y permiten adaptar sus estrategias. Para hacer su uso óptimo, deben utilizarse de manera regular y consciente. Sin acumular demasiado, para no dispersarse y perder de vista los objetivos principales.
Elegir sus KPI
La elección de los indicadores es un punto esencial en la estrategia de una empresa; deben ser relevantes según el sector de actividad de la empresa o en función de otros criterios, como para un grupo multi-sitios o multi-franquicias, por ejemplo. De hecho, para grupos multi-sitios o franquicias multi-sitios, los KPI son un excelente medio para comparar el rendimiento de las instituciones del mismo sector o relativamente comparables. Por ejemplo: dos hoteles de categoría tres estrellas o tres restaurantes de la misma marca o que ofrecen el mismo tipo de restauración. En este ejemplo, otro criterio tiene su importancia: el tiempo. De hecho, es crucial poder seguir los indicadores a lo largo del tiempo. Por lo tanto, es necesario que los datos estén almacenados y sean fácilmente accesibles, para poder compararse fácilmente con otras instituciones del grupo y así identificar las buenas o malas prácticas. Este punto resalta la necesidad de reporting; su interés aquí radica en mezclar los diferentes datos financieros y comerciales para poder realizar análisis por KPI. Si los datos están en silos o son difícilmente accesibles, el análisis se vuelve complejo, incluso casi imposible y el tomador de decisiones no podrá tomar decisiones. De hecho, el reporting es un buen medio para ayudar a los gerentes en su toma de decisiones. Por ejemplo, si en un grupo hotelero hay una ratio de producto de acogida por habitación vendida de media de 1,50 €, y un gerente observa que cinco instituciones están por encima de esa media con un coste medio de 1,70 €, estos últimos pueden ser rápidamente alertados, se puede reflexionar sobre esta discrepancia de precios y así se pueden tomar medidas correctivas. Una acción como esta en una institución de 150 habitaciones puede ahorrar hasta 8000 € al año a un grupo. Este ejemplo ilustra la necesidad de implementar KPI y utilizarlos adecuadamente dentro de un reporting efectivo. En este artículo, le ofrecemos nuestros consejos para comenzar un reporting; para ello, es preferible utilizar un software dedicado, como Qotid.
Además, los indicadores clave de rendimiento pueden facilitar la comunicación dentro de un equipo. De hecho, al compartirlos con el personal, los indicadores destacan los objetivos comunes, lo que fomenta una cultura de transparencia, tendiendo a favorecer el trabajo en equipo.
Por lo tanto, hay numerosas ventajas asociadas al uso de KPI; estos son esenciales y permiten a los responsables evaluar el rendimiento de su empresa, anticipar sus necesidades y realizar ajustes si es necesario.